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16/2/2020
Relato de CIPER sobre cómo la gente de clase media fue integrándose a los cabildos y reuniones después del 18/O. Ndlr
Por Catalina Albert y Tamara Köhler
Funcionan en todo el país y se han convertido en una experiencia de participación inédita. Surgieron tras la revuelta social que comenzó el 18 de octubre y su crecimiento explosivo se desarrolla en paralelo al descalabro de los partidos. Las asambleas las integran jóvenes y viejos, del norte, centro y sur de Chile, y con demandas diversas. Todos coinciden en la desconfianza extrema con la institucionalidad y se han encargado de darle vida al estallido social en sus barrios. Son los actores ocultos de la política chilena que desde octubre reclaman protagonismo.
En las primeras semanas de octubre pasado, cuando los escolares saltaban torniquetes y llamaban a evadir el pasaje del Metro, Verónica (39) pensaba “qué lata”. No tenía idea de que un Comité de Expertos había decidido subir en $30 el pasaje. Tampoco que le saldría más cara la cuenta de la electricidad, ni cómo la Constitución influye en su vida: “Solo sabía que me demoraba más en llegar a la casa y al trabajo”, dice. Vivía ajena a esos problemas, con su marido y sus hijos en una villa de clase media en Puente Alto, hasta que, la noche del 18, empezó la revuelta.
Por esos días en su barrio, donde no pasan helicópteros ni se escucha el combate entre manifestantes y carabineros, hubo algunos cacerolazos. Verónica también salió y, conversando con sus vecinos con el repicar metálico de fondo, en cosa de días ya estaba enterada. Al poco tiempo invitó a un grupo de vecinas a su casa, para hablar sobre lo que pasaba en las calles. Buscó cabildos, fue a charlas sobre el proceso constituyente. Estos últimos meses, explica, “han sido un proceso de autoformación, de inquietud constante”.
Hoy Verónica es parte de la comisión de Formación y Cultura de la Coordinadora de Asambleas Territoriales de Puente Alto, que reúne aproximadamente a 26 de esas agrupaciones repartidas por toda la comuna. Antes del periodo de vacaciones, llegaron a ser 50
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